ADOLFO SUÁREZ: REFERENTE DE NUESTRO PASADO

Adolfo-SuarezExisten numerosos datos objetivos por los que debemos considerar a Adolfo Suárez González una de las personas más destacadas de la Historia de España. Lideró buena parte de la transición de la dictadura al actual sistema constitucional. Abanderó las principales reformas legales necesarias para aniquilar el régimen franquista y dar paso a un modelo acorde con el resto de Estados de nuestro entorno. Como cabeza de lista ganó en las primeras elecciones libres. Tras culminar el logro de dotar a nuestra sociedad con su primera norma constitucional en décadas, continuó como Presidente del Gobierno de la Democracia surgida tras la Constitución de 1978. Su figura caló muy hondo en la sociedad española e inspiró el clima de consenso necesario para que concluyese, de forma satisfactoria, lo que en principio se suponía que sería un cambio traumático.

En la actualidad esos acontecimientos se estudian en las universidades del resto de mundo y se ponen de ejemplo de ruptura entre dos formas de gobierno antagónicas. Lo normal es que semejantes transformaciones vayan de la mano de sangrientas revoluciones, de golpes militares o de guerras civiles. Por eso, la fórmula seguida en España asombró a los políticos e investigadores que, más allá de nuestras fronteras, contemplaron esa etapa de nuestro pasado reciente como novedosa y sorprendente. Cierto que no todo fue perfecto. Hoy sabemos que, para lograr los acuerdos entre fuerzas políticas muy dispares, y para conseguir los pactos sobre los que se construyeron los cimientos de nuestra democracia, se pagaron peajes que continúan pasando factura en la actualidad y se obviaron problemas que, lejos de solucionarse con el tiempo, quizá se hayan agravado. Posiblemente ahora muchos echen la vista atrás y afirmen que hubiese sido mejor hacer las cosas de otra manera. Pero todo eso serán hipótesis teóricas que no sirven para nada. Teniendo en cuenta aquel momento, y con la envergadura de los problemas a los que se tuvieron que hacer frente, considero que debemos ser benévolos con los que participaron en aquel logro trascendental.

En uno de sus célebres discursos dijo “Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en nuestra Historia”. Esas palabras fueron pronunciadas días antes del intento de Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Por fortuna, la intentona golpista no truncó el deseo expresado por Suárez y, en el presente, ese anhelo tiene vigencia. Los derechos fundamentales plasmados en nuestra Constitución no debe ser un mero paréntesis, ni mucho menos papel mojado. En 2014 debemos seguir defendiendo y construyendo nuestro inacabado proyecto de libertad. Inacabado porque el ideal constitucionalista es tan alto que todavía queda mucho por construir. Suárez, junto con otros muchos, iniciaron el camino. Nosotros debemos continuarlo.

En otra de sus frases dijo: “Las elecciones no resuelven por sí mismas los problemas, aunque son el paso previo y necesario para su solución”. Creo que muchos ciudadanos piensan que su compromiso político empieza y termina acudiendo a votar. Suárez defendió lo contrario. Se implicó y se sacrificó por su sociedad. Dimitió cuando consideró que ello era beneficioso para el interés general. Aprendamos de él.

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